El Hada Acaramelada, de pequeña atolondrada pues soñaba con ser hada de cucurucho y varita. Su madre doña Rosita, dándole beso tras beso, le dijo: ¡Nada de hada, que ya no se lleva eso! ¿Cómo vas a ser un hada con ese flequillo tieso y esos ojos de ratón, si ya no se lleva eso? -Somos pobres, no hay castillo, tu padre suda en el trillo, yo sudo en el lavadero… (La niña lloró sobre la cesta de ropa y la cesta se llenó de pipas y caramelos) Con un periódico se hizo un cucurucho muy tieso, de esta forma se sentó a la puerta del colegio Con su cesta milagrosa, con su varita de fresno para espantar a las moscas del puesto de caramelos. |
“¡Todo gratis, todo gratis!” se leía en un letrero. Un día que era muy frío, me parece que era de Enero, el hada se quedó helada y vinieron los bomberos. En marzo se desheló, con cucurucho y varita volvió al puesto “¡Todo gratis!” regalaba yoyes y caramelos… El hada, cuanto más daba más se le llenaba el cesto. El Hada Acaramelada la llamaban y la llamaban todos los chicos del pueblo. |